martes, 8 de diciembre de 2009

Ritos



Honrran al señor con la Luz:

La luz ha constituido una constante dentro de la existencia judía a través de los siglos. Esta ha estado presente en todas las ceremonias y festividades hebreas y representa un elemento central de la liturgia judía. Además de buscar a través de ella la santificación de ciertas fechas sagradas, la luz encierra un significado propio que pone al judío en estrecho contacto con su identidad y su herencia tanto nacional como cultural.

En los tiempos talmúdicos, los judíos acostumbraban encender velas no para cumplir con preceptos religiosos, sino sólo con el propósito de iluminar sus hogares; posteriormente, de acuerdo con el versículo bíblico "... para los judíos había luz y regocijo, alegría y honra..." (Esther 8:16) esta tradición se convirtió en una actividad obligatoria en las ocasiones alegres y en los días festivos.

A lo largo de la historia, el encendido de velas ha sido obligación primaria más no exclusiva de la mujer, a quien se le otorga el privilegio de cumplir con este mandamiento a través del cual se crea un ambiente espiritual único, ya que el brillo de la luz elimina la ansiedad y la melancolía, y trae consigo la esperanza.

La tradición luminaria no se restringe exclusivamente al hogar. En todas las sinagogas se coloca una lámpara con aceite que permanece constantemente encendida. Se trata del Ner Tamid o lámpara perpetua que simboliza la promesa del Todopoderoso de preservar al pueblo de Israel. La flama de esta lámpara representa la presencia divina, la paz y la armonía.

La continua dedicación del judío a la preservación y el cumplimiento de la Torá y sus preceptos puede compararse con una luz que nunca se extingue... "Porque la Torá es una lámpara y la enseñanza es una luz, y las reprensiones de la corrección son los caminos de la vida" (Proverbios 6:23).

De hecho, el fuego es el único elemento de la naturaleza que da de si y que al mismo tiempo se encierra en constante regeneración.

En la antigüedad, el Ner Tamid era la parte central de la menorá o candelabro de siete brazos que los hebreos colocaron en el Gran Templo de Jerusalem.

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